1. No por poder elegir a nuestros amos, somos menos esclavos. Unas cadenas siempre serán cadenas, ya las lleves durante toda la vida, ya te las cambien cada cuatro años.
2. Vivimos en una falsa democracia. Etimológicamente, el término “democracia” significa “gobierno del pueblo”. Sin embargo, tenemos una partitocracia parlamentaria representativa. Es decir, élites gobernantes reelegibles cada cuatro años.
3. Ningún político cumple jamás ni con un 10% de sus promesas electorales. Y esgrimen excusas tan peregrinas como “la herencia recibida” o “la adversa situación económica”.
4. Los gobiernos electos hacen lo que les place con nosotros durante cuatro años. Nos encierran, nos envenenan, nos roban derechos y libertades, nos roban con cada vez más impuestos, nos engañan, nos fumigan, provocan sequías. Y jamás nadie les pide responsabilidades.
5. El partido entrante jamás restaura los derechos robados por el gobierno anterior. Como ejemplo tenemos la Ley Mordaza del Partido Popular, tan denunciada en su momento por la izquierda, pero mantenida y aprovechada por ésta durante todo su gobierno.
6. Los estados tienen cada vez menos autonomía. Instituciones no democráticas, como la ONU, la OMS, el FMI, el Banco Central Europeo o el Foro de Davos, marcan en buena medida las líneas económicas y políticas que deben seguir los gobiernos. Ellos mandan en lo verdaderamente importante.
7. En las elecciones, no hay transparencia ni garantías legales. Una empresa privada, INDRA, controla el conteo y los jueces no realizan el recuento final a los tres días, como se establece en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General.
8. Con tu voto aceptas las reglas del juego y legitimas el sistema. No importa si votaste a unos y salieron otros. Votando, tú aceptas acatar los resultados, sean éstos cuales sean. Ahí sí que no tendrás derecho a quejarte.
9. Ellos temen la abstención. No es lo mismo la abstención que el voto en blanco. En términos generales, con el voto en blanco, tu voto va al partido más votado. Con la abstención, no se comen ni un colín.
10. Si votar sirviera para algo, sería ilegal.
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