
Somos bastantes quienes estamos empezando a cobrar consciencia de que votar, no solo no sirve de nada, sino que incluso nos perjudica. Sin embargo, quien más o quien menos, nos hemos visto asaltados por una nueva disyuntiva: “no votamos, vale, pero eso de por sí no va a cambiar las cosas. ¿Qué más podemos hacer?”.
Yo, personalmente, creo que la abstención no es un fin en sí, sino un medio. Un primer paso en un camino que tampoco pienso que vaya a ser fácil. El poder es así: si no te convencen con la zanahoria, recurrirán al palo.
Pero es que tampoco necesitamos líderes para cambiar las cosas. Porque déjame que te diga algo: nadie tiene todas las respuestas. Ni debería. De lo contrario, estaríamos sustituyendo unas cadenas por otras y el punto aquí es romperlas de una vez por todas, tomar las riendas de nuestras vidas y sacudirnos todos los parásitos de encima.
Si de lo que se trata es de romper con este sistema y crear uno nuevo, no serán las ideas de una sola persona las que nos guíen, sino las de la suma de todas nuestras individualidades, en pos de conseguir que nuestras vidas realmente merezcan la pena, en nuestro barrio, nuestro, pueblo, nuestra ciudad o nuestro país.
Y, mientras esto empieza a materializarse, hay muchas sencillas acciones políticas que podemos llevar a cabo en nuestro día a día, mucho más válidas y efectivas que depositar un papelito en una urna cada cuatro años y dejar que una bandada de buitres termine de devorarte las tripas.
Te pondré algunos ejemplos:
Apaga la televisión, abre bien los ojos a la realidad que te rodea, contrasta cualquier información que te llegue, consulta fuentes de información primarias y medios de comunicación libres, revisa tus creencias limitantes y nocivas, atesora pensamientos de libertad, cultiva ideas que te llenen por dentro y te fortalezcan, pon en duda absolutamente todo (incluso tus propias creencias), ejercita el pensamiento crítico, practica el autodidactismo, comparte, comparte lo aprendido y reflexionado (personalmente, en redes o mediante cartelería y material impreso), da pasitos poco a poco en pos de la autosuficiencia en alimentación, vivienda, productos de primera necesidad, educación y salud, organiza o participa en grupos de intercambio de bienes o mercadeo con moneda libre, participa en economías alternativas, apoya al pequeño comercio, no utilices el dinero electrónico, saca tus ahorros de los bancos, crea, exprésate, haz vida en calles y plazas, busca grupos de afinidad, cuida tu alimentación, lucha por el cambio real, libérate, piensa por cuenta propia, ¡toma las riendas de tu vida ya!
Cambiar las cosas está, ahora más que nunca, en nuestras manos.
Añadir comentario
Comentarios