¿No quieres formar parte de una mesa electoral?

Publicado el 20 de junio de 2023, 19:53

Entre el 22 y el 28 de junio, se celebrarán en todos los ayuntamientos de España los sorteos para constituir las mesas electorales de las próximas elecciones generales. Esto significa, en la práctica, que puede que en los próximos días se personen un cartero o un par de policías en la puerta de tu casa, para darte la maravillosa noticia de que vas a pasar todo un domingo del mes de julio secuestrado por el aparato del estado.

Esto que, por lo general, supone un fastidio para cualquier ser humano, se convierte además en una injusticia intolerable para aquellos que, como yo, no creemos en el sistema y no teníamos pensado perder ni un segundo de nuestra vida poniendo un papelito en una urna estúpida sabiendo que no va a servir absolutamente para nada.

Si quieres que esto no suceda, mi consejo principal es que, a partir del 22 de junio y durante, al menos, las siguientes dos semanas, no respondas al timbre ni a la puerta de tu cosa por absolutamente ningún motivo. Según el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid, la notificación, para ser válida, debe realizarse en persona. Así que, si no te encuentran, no hay notificación y, por lo tanto, no hay obligatoriedad, por mucho que la publiquen después en boletines oficiales y pretendan que así te des por enterado.

Pero, eso sí, si te cazan, no rechaces la notificación, ya que incurrirías en delito penal y podría caerte pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis a veinticuatro meses. Siempre te quedará la posibilidad de intentar alegar ante la junta electoral de zona alguna de las causas de exención posibles. Pero no esperes que yo te las diga aquí, porque son muchas y puedes encontrar la lista a poco que busques un poco por internet.

Otra posibilidad que tienes es, directamente, no presentarte a la mesa el día de las elecciones. ¡Pero cuidado con eso! Sin la debida justificación (comunicada ANTES de la constitución de la mesa), podría caerte una pena similar a la de rechazar la notificación.

Una forma de hacerlo, por ejemplo, es ir a urgencias un par de horas antes con la mejor excusa que se te ocurra (fuertes mareos, intensos dolores de vientre, espalda o cabeza, temblor de manos, insensibilidad en pies, etc.). Y, desde allí, llamar a tu junta electoral de zona para que te digan ellos los pasos a seguir a partir de ese momento.

Sí, lo sé. Es arriesgado y puede que no te apetezca jugártela hasta ese punto. En ese caso, tengo algunos consejos más para ti, acciones que entran ya en el ámbito de la desobediencia civil, para que des un poco de guerra y, de paso, te diviertas un poco a costa de la borregada durante tu permanencia en la mesa electoral.

Eso sí, ten mucho tacto y hazte todo el tiempo el tonto y el inocente, porque, como calientes mucho los cascos al resto de integrantes de la mesa o de los policías del colegio electoral, te puede caer una denuncia, por entenderse que estás intentando boicotear su maravillosa fiesta de la democracia.

Vamos allá con esas acciones:

1. Presentarte a la mesa en un estado lamentable, como si fueras una persona sin hogar (vestido con harapos, hasta arriba de porquería y apestando a basura y orines). Puedes excusarte diciendo que te han echado de casa y llevas una semana viviendo en la calle. Si no te despiden al momento, va a ser una jornada electoral muy desagradable para todos (incluidos los votantes).

2. Ser el miembro de mesa más inepto de toda la historia de la “democracia” española, despistándote continuamente, errando una y otra vez y no dando ni una. Pero, eso sí, intenta no dar motivos para que puedan acusarte de negligencia. Que piensen que, sencillamente, no te llega el cuero para un trabajo intelectual de ese calibre.

3. Quedarte “dormido” continuamente y, cada vez que te “despierten”, pedir perdón humildemente y justificarte diciendo que llevas tres noches sin pegar ojo por cualquier excusa que se te ocurra (estrés laboral, el perro del vecino o los mismos nervios por formar parte de la mesa electoral).

4. Llevar una camiseta o pegatina grande en el pecho con un lema del tipo “estoy aquí secuestrado en contra de mi voluntad”.

5. Pon pegatinas con lemas contra las elecciones en lugares clave, como las cabinas de votación o los aseos.

6. Intenta sembrar cizaña entre los apoderados de los distintos partidos políticos presentes en el colegio electoral. Cuando tengas ocasión de hablar con uno de ellos, invéntate que alguno de los otros apoderados ha dicho cualquier barbaridad sobre su partido. Por ejemplo, que “en el PSOE sólo hay perroflautas y maricones” o que “los del PP son todos unos borjamaris y francopantanos”.

7. Ponte como tono de móvil alguna canción sutil, como “Fuenteborreguna” de Mamá Ladilla o “Brincan los borregos” de Gloria Trevi y asegúrate de que te “llaman” y el tono suena cada pocos minutos.

8. Cuenta a todo aquel que quiera escucharte tus argumentos en contra de la pantomima electoral.

Y poco más queda por decir. Si te agarran para una mesa, pónselo difícil, diviértete a su costa y aprovecha para difundir tus ideas en lo posible.

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