Yo pasé el coronavirus

Publicado el 30 de junio de 2023, 16:31

O, bueno... eso es lo que dijeron los médicos. Unos médicos que, en el pasado, podían considerarse profesionales (con sus más y sus menos), pero que, a día de hoy, apenas pueden describirse como técnicos dedicados a aplicar protocolos sanitarios (sota, caballo y rey), no dispuestos por ellos, sino por consejerías, ministerios o la propia OMS.

O, vale, otra definición también podría ser la de comerciales al servicio de la gran industria farmacéutica. Cuantas más pastillitas receten, más viajecitos y regalitos se llevan para el cuerpo. Eso por no hablar de las subvenciones que, durante la plandemia, recibieron los hospitales por cada ingreso, entrada en UCI y defunción con diagnóstico de cobicho 2019. Y una parte de estas subvenciones fueron repartidas entre el personal sanitario en forma de alicientes.

Y, ¡sí!, estos médicos se empeñaron en que yo tenía el cobicho. Y eso que mi cuadro clínico era, claramente, el de una neumonía bacteriana cogida por enfriamiento (me pilló desprevenido la gran nevada de enero de 2021 mientras me desplazaba en bicicleta). Pero, claro, por aquel entonces, todo era cobicho, cobicho y cobicho.

Y, ¿sabes qué? Estuve tan enfermo que casi no lo cuento. Así que, creo (creo, ¡eh!) estar legitimado y tener todo el derecho del mundo a afirmar que no existe ninguna constancia documental sobre el cultivo y el aislamiento del sarcobicho, así como tampoco de su relación con la enfermedad de moda. Así lo reconoció la Directora General de Salud Pública de España mediante escrito informativo con fecha de 8 de septiembre de 2021. Un comunicado similar a otros que se hicieron públicos en países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia o Canadá.

Y es que, una cosa es enfermar y otra muy distinta es hacerlo por un virus imaginario (digo imaginario porque nadie ha demostrado su existencia). Una fantasía que utilizaron como excusa, por cierto, para aterrorizaros, encerraros, amordazaros y aplicaros toques de queda y cierres perimetrales. Todo para que os inoculaseis un remedio que, ¡oh, sorpresa!, está haciendo enfermar y morir cada vez a más seres humanos a nuestro alrededor.

¿Y tú? ¿Qué vas a hacer la próxima vez que te vengan con el cuento de un nuevo bicho y te digan "quédate en casa"? Porque esto sólo acaba de comenzar. Lo sabes, ¿verdad?

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