8M Día Internacional de la Mujer

Publicado el 8 de marzo de 2024, 19:49

Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer y, como viene sucediendo en los últimos años, millones de mujeres se han declarado en huelga en todo el mundo y están participando en innumerables marchas y protestas para defender la igualdad de derechos y de oportunidades de todos los seres humanos, independientemente de su género.

O, al menos, este es el pensamiento que el oficialismo ha conseguido implantar en las cabezas de la inmensa mayoría de las participantes: que luchan por ideas y valores justos y legítimos. Sin embargo, tal y como yo lo percibo, la realidad es muy distinta. Lo que, de hecho, busca este movimiento es dividir y enfrentar a la población. Y, de paso, criminalizar todo lo que huela lejanamente a masculinidad, añadiéndole la coletilla de “tóxica” y asociando el concepto completo, “masculinidad tóxica”, a otros neologismos como “machirulo”, “mansplaining” o “deconstrucción”.

Y no me malinterpretéis. Yo participé en las primeras huelgas y marchas del 8M en Madrid. Llevé a mis hijos, incluso, considerando que tomar parte en algo así sería enriquecedor para ellos. Sin embargo, el aprendizaje vital es algo que nunca termina y, desde luego, ninguno estamos exentos de equivocarnos. A veces me gusta decir: “avanzo a ritmos irregulares, dos pasos adelante y un paso atrás”. Y en este caso del feminismo, al menos de la corriente feminista hegemónica, apoyado por las instituciones y las élites, me ha tocado dar un paso atrás.

Empecemos analizando las ideas que sustentan este movimiento. Cuando alguien dice estar luchando contra la desigualdad, se presupone que dicha desigualdad existe. Sin embargo, por más que le doy vueltas a la cabeza y busco a mi alrededor, soy incapaz de ver esa desigualdad a día de hoy. Al menos a nivel macro. A nivel micro, por supuesto, hay desigualdad en este y en mil ámbitos más. Igual que hay mujeres (pocas, pero las hay) explotadas por sus maridos o que cobran menos en sus empresas que sus homólogos masculinos, también hay casos personas que son discriminadas por su raza, por su religión (o ausencia de ella) o por sus ideas. A nivel micro y también a nivel macro.

Pero, en el caso de las mujeres, repito, la discriminación, cuando se da, es siempre a nivel micro. Preguntad, si no, a cualquiera de vuestras familiares y amigas por qué se manifiestan y te saltarán con que si hay maridos machirulos que tienen a la mujer como una esclava, con que si te discriminan en el trabajo y con que si el feminicidio y las violaciones. A lo que yo les respondería: si una mujer se ve explotada por su marido o por su trabajo, es un problema particular entre ella y la otra parte. Un problema que sería interesante que atendiera y pusiera solución en la medida de lo posible. Y, si necesita el apoyo de papá estado, pues ahí tiene las herramientas que éste le proporciona. Tiene una Ley de Igualdad de Género (completamente discriminatoria con los hombres, por cierto), un Ministerio de Igualdad (que de igualdad tiene poco) y todo un compendio de textos legales en los que apoyarse, entre los cuales destacaría el Artículo 14 de la Constitución Española, que dice así: “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

Y sobre las violaciones y feminicidios, les diría que la violencia y los homicidios no son en absoluto un problema exclusivo del sexo femenino. Si nos vamos a datos oficiales (que uno puede creerse o no, pero que controla el mismo oficialismo que sustenta y difunde el movimiento 8M), basta con entrar a la página web del Instituto Nacional de Estadística de España y hacer una búsqueda rápida con la frase “Tasa de homicidios por sexo y periodo”, para ver que, de media, se dan 7 veces más casos al año de homicidios con víctimas masculinas que con víctimas femeninas. Y, en cuanto a la violencia, todo el mundo sabe que una chica o mujer puede sufrir una violación en la calle, dependiendo de las horas y lugares que frecuente. Pero a un hombre le pueden abrir la cabeza y coser a navajazos. En definitiva, que ninguno de nosotros estamos exentos de que algún desgraciado sin alma nos haga un estropicio.

Al principio dije que el movimiento 8M lo que busca es dividirnos y enfrentarnos. Y me reafirmo en ello. Si tienes una población enfrentada, sus miembros estarán demasiado ocupados tirándose trastos a la cabeza como para percatarse de que el problema se encuentra justo por encima de ellos. Y, como los psicópatas que lo controlan todo no dan puntada sin hilo, otro de los objetivos del feminismo hegemónico es dar un golpe de gracia a la familia, el único tejido social que nos queda ya al margen del estado y, sin el cual, nos encontraríamos completamente a merced de políticos y grandes empresarios. Pensadlo bien: si a cualquiera de nosotros nos va mal en la vida, sabemos que tenemos ahí una familia en la cual apoyarnos. Pero, al paso que vamos, con cada vez más mujeres jóvenes esgrimiendo una actitud despectiva hacia los hombres, y cada vez más hombres jóvenes atemorizados con la idea de que alguna descerebrada lo denuncie con cualquier excusa peregrina y le destroce la vida, el futuro de la familia es cada vez más incierto. Eso por no hablar de la contribución que todo esto está teniendo a la campaña de despoblación mundial orquestada por las élites.

En fin, ya he dicho todo lo que tenía que decir. Mujeres del mundo, os están controlando desde la emocionalidad, estimulando vuestros sentimientos más profundos y viscerales, para que no os paréis ni un minuto a pensar sobre la incongruencia de todo esto. Los hombres no son vuestros enemigos. Si os habéis propuesto odiar a la mitad de la humanidad por razón e género, a vuestros padres, a vuestros hermanos, a vuestros hijos…, os pido que, al menos, os sentéis a reflexionar largo y tendido sobre el motivo de este odio.

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